El domingo de Adviento supone el inicio del periodo navideño. Como proveedores de artículos religiosos, esta fecha está grabada a fuego en nuestro calendario y hoy queremos hacer un repaso a su origen, evolución y tipo de celebraciones que se realizan en un día tan señalado.
¿Cuándo se celebra el Domingo de Adviento?
El periodo de Adviento comienza cuatro domingos antes del día de Navidad. El objetivo es ir preparándose a través de las lecturas de las Sagradas Escrituras para el nacimiento de Jesús. Adviento significa «llegada» y le da nombre a la primera etapa del año litúrgico. Se considera un tiempo de reflexión, de oración, de arrepentimiento por los pecados cometidos y de esperanza.
El Domingo de Adviento se celebró el 3 de diciembre de 2023.
El origen de la tradición
Fue a finales del siglo IV y más concretamente a principios del siglo V cuando la celebración del Adviento por los cristianos se convirtió en tradición. Por aquel entonces, duraba 21 días y se consideraba un periodo de preparación para los bautizos que se celebraban el día de la Epifanía (el seis de enero). Además, se instaba a los cristianos a que no faltasen a las misas durante todo el periodo.
El objetivo era practicar la penitencia. Curiosamente, en el siglo V se llegó a poner en práctica la conocida como Cuaresma de San Martín que comenzaba el día 11 de noviembre en honor a san Martín de Tours. Progresivamente, el rito cristiano influyó al resto de la sociedad que practicaba el amor a los menos favorecidos.
A partir del siglo VI la Iglesia romana dejó a un lado las prácticas ascéticas para centrarse en las más relacionadas con la alegría del nacimiento de Cristo. Este momento se veía como un adelanto del regreso del Señor a la Tierra. Fue el papa Gregorio Magno el que instauró que durase las cuatro semanas actuales.
Las lecturas de los domingos de Adviento
Durante su mes de duración, la mayoría de los pasajes bíblicos que se leen durante las misas proceden del libro de Isaías. Al mismo tiempo, hay otros fragmentos del Antiguo Testamento donde se subraya la llegada del Mesías.
En el segundo y el tercer domingo se le da mayor protagonismo a Juan el Bautista. El versículo de Mateo 3:3, «Preparad los caminos del Señor y allanad sus senderos», indica muy bien la importancia para la liturgia de esta época del año. El cuarto domingo se le dedica a María de Nazaret tanto en solitario como acompañada de Isabel o de José.
La corona del Adviento
Aunque es luterana, la Iglesia católica la adoptó para la decoración de las iglesias a partir del primer domingo del ciclo litúrgico. Sus características son:
- El empleo de ramas verdes de árboles de hoja perenne.
- La ausencia de flores como símbolo de austeridad.
- La formación de un círculo que se rodea con tres velas moradas y una rosa. La primera vela se enciende el primer domingo mientras se lee un pasaje de la Biblia o se hace una plegaria. El segundo domingo se enciende la segunda vela morada. El tercero es el turno de una rosa por ser el domingo de Gaudete y el último domingo se completa con la vela morada restante. En el centro se coloca un cirio blanco para encenderlo durante la Misa del Gallo o durante las fechas de la Navidad.
A lo largo de las cuatro semanas de preparación para la Navidad, las velas que adornan esta corona representan distintos aspectos del camino espiritual que recorren los creyentes. Cada vela tiene un color y un nombre específico, que está relacionado con una virtud o un mensaje sobre la llegada de Cristo. Vamos a verlo.
Las cuatro velas del Adviento y su significado
Primera vela: La vela de la esperanza (color morado)
Esta vela, que se enciende el primer domingo de Adviento, simboliza la esperanza en las promesas de Dios. Es un recordatorio de que el Salvador está por venir y de que debemos mantener viva la confianza en Él, incluso en los momentos más difíciles de nuestra vida. La primera vela es de color morado ya que está asociada a la penitencia y a la preparación.
Segunda vela: La vela de la fe (color morado)
La segunda vela de Adviento se enciende el segundo domingo y también es de color morado, ya que representa la fe que nos guía en nuestro camino hacia Cristo. A través de la liturgia y la oración, este momento nos invita a profundizar en nuestra relación con Dios y a reafirmar nuestra confianza en su plan de salvación.
Tercera vela: La vela de la alegría (color rosa)
El tercer domingo, conocido como el Domingo de Gaudete, se enciende una vela rosa, que simboliza la alegría porque la venida del Señor está cada vez más cerca. Este color, menos solemne, refleja el alivio y la esperanza en medio de la espera, recordándonos que la Navidad es un tiempo de celebración y felicidad.
Cuarta vela: La vela del amor (color morado)
El cuarto domingo, se enciende la última vela morada que, como seguramente sepas, está dedicada al amor incondicional de Dios, que se manifiesta en el nacimiento de Jesús.
El momento de apagar las velas
La utilidad principal de las velas en la corona del Adviento es acompañar la oración y la reflexión de los fieles, marcando el avance del tiempo hacia la Navidad. Una vez encendida una vela, no es obligatorio mantenerla encendida durante todo el día y, de hecho, lo más habitual es apagarla después de rezar nuestras oraciones o una vez que termine el acto litúrgico en el que se haya encendido.
En el caso de la primera vela, se recomienda apagarla al terminar el tiempo de oración o al finalizar la actividad que haya acompañado, como la Misa del primer domingo de Adviento. En los días siguientes, la misma vela puede encenderse nuevamente durante los momentos de oración familiar o individual, hasta que llegue el segundo domingo y se encienda la segunda vela, añadiendo gradualmente más luz a la corona.
Las familias se reúnen alrededor de la corona para leer la Biblia o rezar. En ocasiones, a medida que se encienden las velas se indica qué tipo de virtudes habría que fomentar durante la semana. La corona de Adviento puede llevarse a la iglesia para que la bendiga el sacerdote.
De esta manera, cada domingo de Adviento es una oportunidad única para prepararse espiritualmente ante de la conmemoración del nacimiento de Jesucristo.