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El bautismo es una ceremonia dotada de una gran importancia en la religión católica. Se trata del primer sacramento que reciben los cristianos, puesto que ocurre poco tiempo después de nacer. De hecho, para la religión católica, un sacramento es un signo visible de la acción que ejerce Jesús sobre sus creyentes. En esta ceremonia, el signo visible de la acción de Jesús es el agua. En esta entrada, se va a conocer todo lo relacionado con esta ceremonia, sus orígenes y por qué sigue siendo crucial para los creyentes que sus hijos estén bautizados.

Bautismo: orígenes y significado

El catecismo de la Iglesia católica interpreta que este sacramento es válido para todos los seres humanos. El bautizo puede ser recibido en cualquier momento (no necesariamente como ocurre actualmente, poco tiempo después de nacer, sino en cualquier momento de la vida adulta). Esto se debe a que esta ceremonia fue concebida como el acto de bienvenida a la Iglesia. Cabe mencionar que la Iglesia reúne a una familia de bautizados.

¿Cuál es el origen del proceso? Según la tradición, todos los humanos hemos sido concebidos con la “mancha” del pecado original. Una forma de librarnos de esta mancha es el bautismo.

Su representación religiosa

El concepto deriva de la palabra “sumergir”. Su significado es polisémico, ya que se pueden entender varias acepciones. Lo primero en lo que piensan los católicos es la acción de sumergir a una persona, es decir, es el símbolo y lo que representa. Jesús se hundió tras su muerte en la Cruz y, pasados tres días, resucitó. El hecho de salir a la superficie puede ser entendido como la vuelta a la vida del Señor.

No obstante, cuando se rocía agua sobre la cabeza del bautizado, ya sea un bebe o un adulto, se produce un nuevo nacimiento. Esto es así porque se incorpora un nuevo adepto a la familia que compone la Iglesia católica. A través del agua y el Espíritu de Dios, tiene lugar un nuevo nacimiento que se incorpora a la religión católica como miembro de pleno derecho.

La importancia de bautizar a día de hoy

La ceremonia sigue siendo un proceso importante para la comunidad cristiana a día de hoy. Se trata del paso inicial para seguir el dogma y las acciones de Jesús. El mesías también fue bautizado con agua por Juan el Bautista. Fue el suceso que marcó el origen de su vida pública hasta su muerte y resurrección.

Por tanto, con este gesto, se siguen los pasos del Señor. Una vez que se haya recibido el agua, se limpia la mancha del pecado original. Bautizarse ofrece a la comunidad la oportunidad de recibir esa gracia interior.

A día de hoy, esta ceremonia sigue siendo importante para los cristianos. Si tenemos en cuenta los evangelios, Jesús pide bautizarse a los creyentes. De hecho, es la misión que encarga a todos sus apóstoles y, por esta razón, ellos recorren el mundo. Esto es porque es el proceso necesario para conseguir nuevos discípulos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Una vez que los discípulos son bautizados, estos pueden comenzar su camino y seguir las palabras y mandatos del Señor.

San Pedro, quien fue el primer Papa – al que ahora representa el Papa Francisco, encomendó a la comunidad el sacramento del bautismo en nombre de Jesucristo. Explicó que era el método para expiar los pecados y recibir el don del Espíritu Santo.

En conclusión, el bautismo es un acto cargado de importancia para la comunidad cristiana, ya que es el primer paso para adentrarse en la vida de la Iglesia. Permite redimir el pecado original y, además, obtener el don del Espíritu Santo. Se puede hacer con independencia de la edad de la persona. Todos los creyentes bautizan a sus seres queridos, y muchos lo hacen vistiendo ropa sacerdotal para dar más importancia al acto.