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La cruz es, actualmente, el símbolo fundamental del cristianismo. Cualquier persona de religión cristiana es consciente de que este ícono transmite fielmente el sacrificio de Jesucristo. Las dos aspas cruzadas son capaces de encender los sentimientos religiosos que albergamos en nuestro interior. Aunque todos somos conscientes de esto, en ocasiones, solo nos dejamos llevar por la intuición y no sabemos exactamente el motivo.

Como fabricantes de artículos religiosos, vamos a exponer las razones históricas y religiosas que han llevado a que este símbolo alcance la importancia que tiene en la actualidad.

La cruz cristiana durante los primeros siglos

La cruz cristiana no siempre ha estado presente en la iconografía cristiana. De hecho, si estudiamos la historia de los seguidores de Cristo durante los primeros dos siglos tras su nacimiento, podremos observar que no hay referencias de las cruces.

Son muchas las razones que explican esto. La principal es que, en un primer momento, se consideró que las cruces reflejaban un sufrimiento todavía demasiado reciente. Por eso, se creía que representaban un mero instrumento de condena dolorosa. Ahora bien, sí es cierto que se utilizaron como un símbolo de protección y defensa en los documentos cristianos y que eran muchas las personas que rezaban el rosario junto a ella.

Durante las primeras décadas de nuestra era, se evitó usar las cruces para referirse a la pasión de Jesús en los hogares y templos. En estos ámbitos, se prefería emplear el ictus, que es un símbolo con la forma de un pez de perfil. Este dibujo, igualmente, servía como signo secreto para evitar la persecución de los romanos, que trataban de terminar con cualquier seguidor de Cristo.

Entonces, cabría preguntarnos cuándo y por qué esta representación pasó a ser tan fundamental dentro de las iglesias y los hogares donde se profesaba y conmemoraba la profunda fe cristiana.

La consideración de las cruces como el símbolo fundamental de Cristo

​La primera representación pictórica de este signo como muestra abierta del respeto y la adoración hacia Cristo data del siglo III. Se trata de un grafiti encontrado en una pared. En esta época, las dos aspas cruzadas empezaron a utilizarse definitivamente para reflejar la fe cristiana. En algunos documentos del siglo III, se habla de los cristianos como los «seguidores de la Cruz».

El curioso motivo por el que se extendió la representación

Tenemos que preguntarnos qué ocurrió para que las cruces se extendiesen tan ampliamente a partir del siglo III, y para que alcanzaran una importancia que perdura hasta nuestros días y llegue a formar parte del catálogo de imanes religiosos de tiendas como Promosant.

Cuenta Eusebio de Cesarea en «Vita Constantini», la biografía del emperador Constantino de Roma, que mientras estaba este dirigente batallando en una guerra muy importante y peligrosa, vio escrita sobre el sol la inscripción ‘In hoc signo vinces’ («con este signo, vencerás») y dos enormes aspas cruzadas junto a las palabras. Esa misma noche, el emperador soñó que Jesucristo le animó a usar el símbolo de las aspas cruzadas porque, gracias a él, sería invencible en sus batallas.

A partir del Concilio de Nicea (318 d. C.), en el que Constantino I se refirió a todos estos hechos, las cruces pasaron a ser el símbolo principal del cristianismo en todo el mundo.

En conclusión, aunque es innegable que la cruz en sí misma es un ícono esencial para todos los que profesamos la religión cristiana, hay razones históricas detrás de ello. Sin duda, ahora seremos capaces de apreciar toda su importancia y profundidad. Si se desea obtener una representación de calidad de este símbolo religioso, bastará con acudir a nuestro catálogo. En él, podrán encontrarse íconos y orfebrería religiosa que respetan fielmente nuestro aprecio por Cristo y sus representaciones. Podremos llevar siempre con nosotros la apasionante historia de las cruces cristianas para contársela a las siguientes generaciones.